Lunes 6 de Mayo, 2024

En el devocional de esta semana haremos algo diferente. Cada día, habrá una actividad para realizar. Estoy segura de que nos ayudará a activar nuestra fe y a enfrentar nuestros miedos más profundos.

La versión que utilicé de la Biblia es la NVI.

Lunes
Versículo:
“Ese día al anochecer, dijo a sus discípulos: ‘Crucemos al otro lado.’ Dejaron a la multitud y lo llevaron en la barca donde estaba. También lo acompañaban otras barcas. Se desató entonces una fuerte tormenta, y las olas azotaban tanto la barca que ya comenzaba a inundarse. Mientras tanto, Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, así que los discípulos lo despertaron.

—¡Maestro! —gritaron—, ¿no te importa que nos ahoguemos?
Él se levantó, reprendió al viento y ordenó al mar:

—¡Silencio! ¡Cálmate!

El viento se calmó y todo quedó completamente tranquilo.
¿Por qué tienen tanto miedo? —dijo a sus discípulos—. ¿Todavía no tienen fe?”
Marcos 4:40

Reflexión:
En el relato de hoy, vemos que después de predicar, Jesús y sus discípulos, subieron a una barca y, mientras estaban allí, se desató una gran tormenta. Jesús ordenó al viento y al mar que se calmaran.

Si estás enfrentando una gran tormenta en tu vida, párate con autoridad y ordena a todo lo que se ha levantado ¡que se calme! No reprendas a la situación, sino a la tormenta que quiere que tu barca se haga pedazos. Ordena a lo que quiere venir contra tu familia, trabajo, salud; que se detenga en el nombre de Jesús. La tormenta que estás viviendo no fue generada por las circunstancias, sino que se ha desatado en tu mente para impedirte creer en las promesas del Señor.

Oración:
Señor, pongo en práctica mi fe, aunque me sienta débil y azotado por esta gran tempestad, ordeno a mis pensamientos y emociones que quieren atormentarme, que sean sometidos a ti. Confío en tu poder, y sé que mientras dure la tormenta, tú estás conmigo y no tendré miedo.

Martes
Versículo:
“Estarás segura bajo un gobierno justo e imparcial; tus enemigos se mantendrán muy lejos. Vivirás en paz, y el terror no se te acercará.”
Isaías 54:14

Reflexión:
La justicia es la libertad del temor. Si confiamos en Dios, viviremos en paz. Hoy confiaremos en que estamos bajo el gobierno de Dios y que Él tiene cuidado de nosotros. Ve a algún lugar fuera de tu casa o tu oficina, cierra tus ojos y trata de escuchar solo el canto de los pájaros. Pon tu atención solo en eso. Comprobarás que tus pensamientos ahora son dirigidos hacia lo que estás prestando atención. Acompaña esto con varias respiraciones.

Oración:
Señor, al poner mi atención en los pájaros y la naturaleza, me he dado cuenta de manera real y práctica de lo que tu Palabra dice, que, así como cuidas de las aves, vas a cuidar de mí. Declaro que estaré en paz, aunque todo a mi alrededor parece que se está desmoronando, yo confiaré en ti. Tu paz inunda mi vida en este momento, en tu precioso nombre, amén.

Miércoles
Versículo:
“Hijo mío, no pierdas de vista el sentido común ni el discernimiento. Aférrate a ellos, porque refrescarán tu alma; son como las joyas de un collar. Te mantienen seguro en tu camino, y tus pies no tropezarán. Puedes irte a dormir sin miedo; te acostarás y dormirás profundamente. No hay por qué temer la calamidad repentina ni la destrucción que viene sobre los perversos, porque el Señor es tu seguridad. Él cuidará que tu pie no caiga en una trampa.”
Proverbios 3: 21-26

Reflexión:
No tenemos que perder de vista el conocer más a Dios, y lo podemos hacer a través de la lectura de su Palabra. Esto dará vida a nuestras almas, y tendremos sabiduría para poder discernir su voluntad. Él es fuente de agua viva.

La respuesta a nuestros temores está en la Palabra de Dios. En estos versículos confirmamos que el Señor es nuestra seguridad.

Recuerda todas las veces que en el pasado Dios acudió en tu ayuda, si es necesario, escríbelo. Centra tu enfoque en lo que Dios hizo, no en el problema. Si lo hizo antes, lo hará ahora.

Oración:
Señor, sé que tu Palabra es verdad, ayúdame a poner mi mirada en ti y no en mis circunstancias que cambian todo el tiempo, algunas son más dolorosas que otras, pero tú nunca cambias y tus promesas tampoco. Ayúdame a recordar tu fidelidad, y confío en que el miedo se disipará. Oro con fe, amén.

Jueves
Versículo:
“Por esta razón, te recuerdo que avives el fuego del don espiritual que Dios te dio cuando te impuse mis manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.”
2 Timoteo 1:7

Reflexión:
Pablo le escribe a Timoteo que mantenga viva la llama del Espíritu Santo para que pueda vencer el temor.

Elabora una lista de todas las cosas que te generan miedo, sé específico. Luego busca un lugar tranquilo y solitario y toma un tiempo para orar y entregar esta lista al Señor.

Oración:
Señor, aquí estoy delante de tu presencia, te pido que me ayudes a enfrentar todos mis miedos: miedo al futuro, miedo a estar solo… (nombra cada uno) Hoy te lo entrego, lléname de tu Espíritu Santo, para que tenga valor y fe.

Creo que hoy estás haciendo algo especial en mi vida, en tu nombre, amén.

Viernes
Versículo:
“Pues yo te sostengo de tu mano derecha: yo, el Señor tu Dios. Y te digo: No tengas miedo, aquí estoy para ayudarte.”
Isaías 41:13

Reflexión:
Hoy, haz una lista de todas las cosas por las que estás agradecido y dedica tiempo a reflexionar. En un corazón agradecido no puede haber temor, porque estamos reconociendo que es Dios quien cada día nos da la fuerza para seguir adelante.

Oración:
Gracias Señor, porque estás conmigo y me sostienes en cada momento. No importa la circunstancia que me toque vivir, sé que siempre estás y no tendré temor.

Cada vez que el temor quiera dominarme, recordaré tus promesas: el Señor me ayuda, me sostiene, me da paz, me da seguridad, me da su Espíritu Santo.

Cuando miro mis problemas, siento que me voy a hundir, pero cuando pongo mis ojos en ti, una nueva dimensión se abre ante mí.

No tendré miedo, tú estás conmigo. Amén.

“Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos. Ahora lo llamamos ‘Abba, Padre’.”
Romanos 8:15