Lunes 1 de Abril, 2024

Allí estaba yo, parada frente a esta persona que no cesaba de elevar la voz y lanzarme frases acusadoras. En otro momento de mi vida, habría comenzado a argumentar, dando muchas explicaciones y tratando de evitar que pensara tan mal de mí. Pero en esta ocasión, sentí que no debía defenderme. Hice una oración pidiendo sabiduría al Señor y rogando que nada de lo que esta persona me estaba diciendo me afectara. Algo diferente surgió en mí: no había dolor, solo compasión hacia mi interlocutor. Estaba aprendiendo una gran lección: a no reaccionar según mis emociones, ni según las circunstancias que se habían generado a mi alrededor. Estaba poniendo mi confianza en Dios para hacer y decir lo correcto.

Muchas veces nos metemos en problemas simplemente por la manera en que expresamos las cosas. No es lo mismo decirle a una persona “nunca me escuchas” que decirle “a veces, no me siento escuchada”. La primera frase, invita a la discusión, a que la otra persona se defienda y argumente. La segunda, en cambio, invita al diálogo. En mi caso, la persona que tenía frente a mí, elevando la voz, necesitaba sanidad en sus heridas. Su corazón estaba lastimado y, como alguien dijo una vez, “no hay nada más peligroso que una víctima”. Porque la persona herida, hiere; es así de simple. Las relaciones interpersonales nunca son fáciles, pero de ellas se aprende mucho. Para poder tener relaciones saludables, tenemos que aprender a conocernos a nosotros mismos, y es en los momentos difíciles donde aprendemos quiénes somos realmente. Es ahí donde conocemos más los atributos de Dios, donde experimentamos la fortaleza del Espíritu Santo.

No nos gusta pasar por momentos difíciles, enfrentar problemas o lidiar con personas egoístas y resentidas, pero es necesario. Me he encontrado varias veces en mi vida orando para que Dios me libre de la situación que estaba viviendo, sin entender que era necesario pasar por ella para aprender y conocer más a Dios y a mí misma.

En Santiago 1:2-4, el autor nos dice: “Tengan por sumo gozo, hermanos míos, cuando se hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia, y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que nada les falte”.

Cuando estamos pasando por momentos difíciles, ya sea con situaciones o personas, es complicado tener sumo gozo. Santiago no se refiere a las emociones, sino al uso de nuestra mente. No importa lo que nuestras emociones sientan o cómo se sienta nuestro cuerpo, solo tenemos que tomar la decisión de tener gozo. No argumentemos, no nos preocupemos, no cuestionemos, no nos rebelemos; simplemente pasemos por las situaciones difíciles con gozo, sabiendo que al final cosecharemos bendiciones.

Algo que me llamó la atención mientras leía este versículo fue la palabra “cuando”. Santiago no estaba diciendo si quizás llegan a enfrentar una prueba. Daba por hecho que enfrentaríamos pruebas, diversas pruebas.

La prueba de su fe es poner nuestra fe en acción, pero no enfocándonos en lo que estamos atravesando, sino en el Señor. Su mano está obrando y actuando en cada aspecto de nuestras vidas. Solo la fe nos permitirá ver esta perspectiva.

A veces pensamos que poner nuestra fe en marcha es ver a esa persona cambiada, esa enfermedad sanada, mis circunstancias completamente diferentes. En Hebreos 11:1, Pablo nos dice: “Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Esta es la clase de fe que necesitamos, pero en ocasiones, el dolor que estamos viviendo es tan grande que nos cuesta creer que las cosas van a cambiar. Por eso, abramos nuestros ojos espirituales y miremos, no lo que está sucediendo a nuestro alrededor, sino lo que Dios está haciendo, aunque no sea lo que nosotros estamos esperando.

Santiago también nos dice que la fe, va a producir paciencia y que seremos perfectos y completos. La perfección de la que habla aquí no es la ausencia de pecado, sino una relación con Dios, obedientes a su Palabra. Y continúa diciendo: “sin que nos falte nada”. ¡Oh, qué maravillosa promesa!

Entonces, cuando nos encontremos en la noche más oscura, recordemos que estas pruebas van a probar si nuestra fe está puesta en nosotros mismos, en nuestras circunstancias o en el Dios Verdadero. Si ponemos nuestra confianza en Dios, esta fe producirá paciencia, lo que nos hará perfectos y completos, sin que nos falte nada. ¡Cómo no vamos a gozarnos! ¡Dios está con nosotros; no nos ha dejado!

Las pruebas no son un castigo.

Las pruebas no vienen porque Dios se cansó de nosotros.

Las pruebas no vienen porque cometimos muchos errores y agotamos el crédito.

Las pruebas no vienen porque Dios nos dejó de amar.

Cuando estamos en medio de las pruebas, podemos llegar a desalentarnos si creemos que Dios no nos está escuchando, que simplemente nos está dando la espalda. Pero si pudiéramos abrir nuestros ojos espirituales, veríamos lo que en realidad está pasando: Dios nos está dando la espalda porque está delante de nosotros, protegiéndonos de lo que viene en nuestra contra. ¡Aleluya!

Las pruebas nos hacen crecer. Tomemos la decisión de tener gozo, y veremos cómo nuestra noche se ilumina, nuestra tormenta se calma y nuestro desierto florece.

 

Oración
Señor, en mi oscuridad, tengo la certeza de que me ves y entiendes mi sufrimiento. Tengo la convicción de que eres un Dios bondadoso y que estás a mi lado. En este momento de dolor, tú me amas y tienes todo bajo control. Sé que tus propósitos son mayores de lo que yo pueda imaginar. Y tengo plena confianza en que veré los resultados de mis pruebas. Ahora solo veo oscuridad, pero mis ojos espirituales se están comenzando a abrir. Gracias por hablarme, porque puedo ver tu amor cada día.

 

Compartir

Liliana Gebel

Liliana Gebel es una reconocida influencer, líder y autora.

Es Asesor en Salud y Nutrición y tiene un Diplomado Plant Based Chef, que la ha ayudado a llevar una vida más saludable. Es también Coach de Vida y ha aplicado...

Leer más

10 respuestas

  1. Que palabra mas poderosa me lleno mucho mi espiritu ya que no estoy en mi mejor momento gracias y bendiciones pastora Lilian Gebel

  2. Gracias doy a Dios por su vida mire que estoy pasando unos momentos un poco difíciles pero Dios sabe lo que necesito para encontrar el gozo para seguir adelante gracias

  3. Me encanta mucho su página y contenido, lo leo y trato de traerlo a mi vida.
    Son palabras que edifican, Dios le bendiga a usted y a su familia.

    Saludos desde Costa Rica 🇨🇷

  4. Bendiciones, ciertamente el Señor utiliza diferentes vías para hablarnos.
    Acabo de comprender claramente al leer este devocional, que si siento que el Señor no me escucha, me ha dado la espalda, es porque está delante de mi, peleando por mi, defendiéndome!
    Gracias Señor, por tu amor y tu misericordia 🙏

  5. Buenos días Liliana que precisa la palabra de Dios llega en el mismo momento que la necesitamos Dios es fiel y verdadero desde Argentina la saludo y reciba todo lo preciado del Señor bendiciones

  6. Hermosos devocionales!!! Que sencillez Que tiene.. Dios siga bendiciendo y usando su vida..😘