Lunes 20 de Enero, 2025
La estrategia del enemigo, es hacerte creer que tu valor como persona, depende del trabajo que realizas, de cuánto estás involucrado en el ministerio de la iglesia local, o cuánto reconocimiento tienes. Sin embargo, tu valor no está en lo que haces, sino en lo que eres: una persona profundamente amada y aceptada por Él. Tu identidad está en Cristo, y tu valor también está en Él. ¡Eso es suficiente!
El Salmo 40:1-3 te recuerda cómo enfrentar tus problemas: “Puse en el Señor mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa fatal, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme. Puso en mis labios un cántico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios.”
Me encanta leer este Salmo, porque inspira a confiar plenamente en Él. Dios entiende por lo que estás pasando y puede traer consuelo a tu corazón quebrantado. Solo tienes que poner tu esperanza en Él, no en las circunstancias, ni en promesas humanas, sino únicamente en Dios. No existe situación difícil de la cual, Dios no pueda socorrerte. Él promete ponerte sobre tierra firme y darte un cántico nuevo. ¡Qué maravillosa promesa! Lo único que tienes que hacer, es poner tu esperanza en Él.
Si estás atravesando un momento difícil, busca pasar tiempo en Su presencia: ora, lee la Biblia, medita en Sus promesas. Tus oraciones se elevan como olor fragante hasta Su presencia. No intentes cambiar la situación, a las demás personas, e incluso a ti mismo. En cambio, intenta conectarte con el cielo y escucha lo que Dios tiene para decirte. Te aseguro que serás renovado. Tus fuerzas volverán, tendrás paz y Dios pondrá un cántico nuevo en tus labios.
Cualquier cosa que venga a tu vida, sin duda, será otra oportunidad para que Dios te lleve de la mano. La vida es una batalla diaria, porque vivimos en un mundo caído y lleno de pecado, pero no estás solo, tienes la oración, que te conecta con el mismísimo trono de Dios. Allí, encontrarás descanso y descubrirás que es Él quien está luchando por ti.
Oración
Señor, a veces me siento abatido y abrumado por las circunstancias que me rodean. Siento que no puedo soportar más. Ayúdame a ver este problema como una oportunidad para aprender a confiar más en ti. Muéstrame tu poder y permíteme experimentar la profundidad de lo que significa confiar plenamente en ti.
En tu nombre, amén.